07 Octubre 2020

Denuncian ejidatarios más de 500 pozos ilegales

Cuando se recorren los alrededores de la comunidad de Flores Magón, en el municipio de Buenaventura, al noroeste del estado, es posible observar que a estas tierras también llegó la fiebre por invertir en la producción de nuez. Los plantíos que se han instalado en la región en el último lustro, así como el desdén ante las denuncias por la multiplicación de pozos ilegales, han provocado conflictos sociales en la zona. Uno de ellos es el que mantienen los habitantes del ejido Constitución e integrantes de la familia LeBarón, entre ellos Joel Lebarón Soto, que han sembrado varias hectáreas de nogal e instalado pozos en la zona.

En el municipio de Buenaventura, en las tierras que se encuentran alrededor del río El Carmen y en donde se han establecido varios campos menonitas, además de los pozos, también se miran decenas de obras para desviar el cauce del afluente y utilizar su agua para regar extensos campos de maíz.

Los ejidatarios señalan que estas tomas impiden que llegue agua suficiente a la Presa Las Lajas, embalse del cual dependen varias comunidades agrícolas, entre ellas el Ejido Benito Juárez.

Y mientras continúa la apertura de pozos y de tomas ilegales del agua para regar grandes extensiones de cultivos, en las comunidades de la región la gente habla de cómo los pozos de los ejidos se están secando, de que ya no llueve como antes, de cómo se seca el río, de cómo la presa Las Lajas cada año se llena menos, de cómo ninguna autoridad ha podido detener el tráfico del agua en estas extensas tierras.

Mencionan ejidatarios que a  5 años 8 meses de la trágica e irreparable pérdida física de Alberto Almeida Fernández, hasta ahora único líder defensor del agua en Ahumada, productores de este municipio y Buenaventura, vuelven alzar la voz en defensa del vital líquido.

¨El gobierno Federal no solo tiene un problema, en relación al agua, como en san Francisco de Conchos, en la boquilla; están pendientes varios señalamientos, que desde hace muchos años están vigentes, mismos que no atienden por intereses nada claros para nadie que no tiene contactos con el poder y recursos económicos para comprar la ilegalidad; en la región Ahumada-Buenaventura, existen alrededor de 500 pozos ilegales sobreexplotados , que en su momento, cuando iniciaron perforaciones ilegales se denunciaron, a lo cual nadie, ninguna autoridad ha dado seguimiento¨, expusieron productores, que por lo anterior, sentencian:

¨La lucha por el agua desde hace muchos años, misma que se recrudeció en 2013, encabezada por dos hombres valientes y comprometidos con la árida Chihuahua, continua y no deseamos que esta lucha se convierta en una guerra contra grandes grupos con poderío económico, como son los menonitas, que cargados de dinero han llegado y siguen llegando para instalarse en nuestra región; al venir con subsidios de los gobiernos de donde proceden, llevan mucha ventaja en relación a los productores mestizos….Con sobornos a Conagua y quien sabe a cuantos funcionarios federales y estatales más, los menonitas extraen el líquido a diestra y siniestra, se llenan las bolsas con dinero producto de las cosechas que logran con agua Chihuahuense, producción que exportan a sus lugares de origen, mientras los agricultores y ganaderos mexicanos continuamente están en lucha por tener apenas líquido suficiente para producir para el autoconsumo¨, acusaron productores.

Ante tanta ilegalidad, bajo complacencia de autoridades de Conagua y la también dispareja lucha económica del campo nacional contra grupos extranjeros poderosamente económicos, Ahumada, Buenaventura, languidecen, toda la región pronto padecerá el agotamiento de los mantos freáticos, porque además de la dispareja lucha por el agua, no llueve lo suficiente, razón la por la cual, agricultores y no productores de Ahumada, alzan la voz para recordar al resto de la sociedad civil que ha llegado el tiempo de reactivar la lucha por el vital líquido, con el pensamiento, actitud y liderazgo de los dos ex líderes sacrificados por sus ideales: Alberto Almeida Fernández e Ismael Solorio Urrutia, sentenció Adán López Esparza quien aunque no es agricultor, no es ajeno a la ¨Guerra por el agua¨.